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Casa Histórica. Museo Nacional de la Independencia

La Revolución de Mayo en Salta

La llegada de la Revolución de Mayo a la vecina provincia de Salta, produjo también cimbronazos que repercutieron en la vida cotidiana de los habitantes y también en la vida política. Martín Miguel de Güemes con dispar suerte en su carrera militar por esos años, igualmente fue un activo militante de la causa libertaria.

En junio de 1810 llegó a Salta la noticia de que en Buenos Aires se había creado una Junta de Gobierno. Esta se constituía, en virtud de los sucesos ocurridos en España, con el objetivo de resguardar los derechos del rey cautivo Fernando VII. De inmediato, los simpatizantes de la Junta de Buenos Aires comenzaron activamente a negociar su reconocimiento por parte del Cabildo salteño. La tarea no resultó sencilla. El 19 de junio de 1810, el Cabildo se pronunció a favor de la revolución, pero el Gobernador Intendente apresó a los cabildantes que la habían apoyado y declaró la fidelidad de Salta a la autoridad real representada por el Consejo de Regencia en España. Para llevar a cabo este cometido contó con el apoyo de parte del vecindario y de los artesanos de la ciudad.

Los realistas abrigaron esperanzas ciertas de sofocar la “insurrección” de Buenos Aires. Contaban para ello con el apoyo de Montevideo, apostadero de la armada real en el Río de la Plata y de los vecindarios de Córdoba y Salta, las capitales de las Intendencias más importantes luego de las altoperuanas. No obstante, la prometida ayuda del Virrey del Perú no llegó y el ejército patriota logró a fines de julio de 1810 desbaratar a las fuerzas organizadas en Córdoba para detenerlo.

El fusilamiento en Córdoba de los cabecillas de la resistencia echó por tierra estas expectativas. La situación era delicada, los simpatizantes del Rey eran muchos e importantes y abarcaban una amplia clientela. Finalmente, se produjo el arribo de Feliciano Chiclana a Salta, designado por la Junta como Gobernador Intendente. La prisión de Nicolás Severo Isasmendi, el gobernador fidelista, y la reclusión en sus estancias de los cabildantes adictos al Rey, definieron la inclusión de la Intendencia de Salta entre las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Cabildo de Salta - Güemes - Chiclana
Martín Miguel de Güemes y Feliciano Chiclana <

La actitud asumida por Chiclana evidenció una extrema cautela en el trato con el vecindario salteño destinada a evitar el descontento entre los posibles simpatizantes de la revolución. Al marchar hacia Potosí en diciembre de 1810, Chiclana aconsejó  a su sucesor mantener la quietud del vecindario, ignorando la presencia de opositores, tratándoles con cortesía y vigilándolos discretamente. En el caso de Salta, Chiclana estimaba conveniente no indisponer al vecindario, cuyos principales comerciantes eran peninsulares y no pocos adictos al Rey y a España.

Con respecto a Martín Güemes, la revolución lo sorprendió en territorio salteño. Años antes había estado en Buenos Aires, combatiendo a los ingleses en las invasiones de 1806. Su adhesión a la causa de Mayo fue inmediata. En agosto de 1810, como Teniente del Ejército Auxiliar del Perú, dirigió las milicias  destinadas a custodiar la Quebrada de Humahuaca. Sin embargo, la relación con los jefes porteños fue conflictiva. A pesar de su liderazgo en la batalla de Suipacha, fue despojado de su cargo militar por Castelli a fines de 1810.

Manuel Belgrano y Juan José Castelli
Manuel Belgrano y Juan José Castelli <

Luego de la derrota de Huaqui a mediados de 1811, el ejército patriota tuvo que emprender la retirada. Sin el apoyo de Manuel Belgrano, nuevo jefe del Ejercito del Norte, el destino de Güemes fue la separación y el viaje a Buenos Aires, con la excusa de vigilar el traslado de prisioneros.

Martín Miguel de Güemes
Martín Miguel de Güemes <

Juan Pablo Bulacio
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Área de Investigación
Museo Casa Histórica de la Independencia